A algunas de ellas, como a las fuentes del Carme y del Escaire, se les atribuyen propiedades curativas. Si quieres buen vino, acércate a la bodega de la cooperativa y prueba las distintas variedades que se producen en la zona bajo la denominación de origen Empordà. Y con la cantimplora o la bota llena, asómate al conjunto megalítico de Coma d’Infern, una de las concentraciones de dólmenes más importantes de la comarca. Si te quedan fuerzas, anímate también a realizar una excursión hasta los restos del castillo de Quermançó.