Además de ofrecerte tranquilidad y descanso en sus balnearios, Caldes de Malavella te invita a desconectar paseando bajo la sombra de los árboles de sus ramblas o entre ruinas romanas, restos medievales y torres modernistas. Si para beber las aguas del Raig d’en Mel tienes que hacer cola, no lo dudes. Merece la pena.