En la Feria de Indianos de Begur, la fiesta y la tradición se respiran en sus calles durante tres días. Cada año, a principios de septiembre, en la población se revive el espíritu de la vieja Habana y la época dorada de las colonias antillanas.
Este viaje al pasado lúdico y cultural tiene su origen en la intensa relación entre Cuba y Begur. Muchos hijos de este municipio emigraron a la isla a lo largo del siglo xix para hacer fortuna, movidos en gran parte por la crisis en el campo catalán debida a la plaga de la filoxera. Algunos de los que se aventuraron a cruzar el Atlántico, los populares americanos, prosperaron en sus negocios. A su regreso, construyeron ostentosas mansiones privadas y contribuyeron económicamente a la edificación de hoteles y casinos, la urbanización de plazas o la construcción de otras obras públicas que todavía hoy se pueden ver en Begur.
Además de la arquitectura, la influencia del estilo de vida de Cuba abrazó otros ámbitos de la vida de sus habitantes, como la gastronomía y la música. En la Feria de Indianos estás invitado a ponerte un sombrero de paja o un pañuelo en la cabeza y vestirte con prendas de lino blanco, para integrarte plenamente en el ambiente de aquella época. Para beber, mojitos, café y ron. Para comer, los sabrosos platos de las Antillas servidos en comedores públicos. Y para bailar, los contagiosos ritmos cubanos.
La feria también incluye puestos con productos coloniales y mercancías de ultramar, comparsas, actuaciones infantiles, muestra de antiguos oficios y conciertos de habaneras.
Junto con otras localidades de la Costa Brava, Begur ha impulsado la creación de la Red de Municipios Indianos, para promocionar el descubrimiento del patrimonio indiano y mantener vivo el recuerdo de aquella época.