En esta población de granjas porcinas, terrenos agrícolas y edificios de una sola planta (excepto uno), sigue vivo el recuerdo de la reina Sibila, nacida aquí hacia el año 1350. La que fue una de las reinas catalanas de la Corona de Aragón –un caso excepcional, ya que no procedía ni de la realeza ni de la alta nobleza– todavía en la actualidad da nombre a una calle, a un colegio, a un restaurante y a la revista municipal, entre otros.