La personalidad medieval de la población invita a viajar al pasado e imaginar la vida de sus antiguos habitantes en torno al castillo, dentro del recinto amurallado que todavía se conserva en muy buen estado. Si buscas otros encantos del municipio, también llegarás a lugares como la iglesia de Sant Julià de Boada –uno de los exponentes prerrománicos más interesantes del Empordà– o la iglesia románica de Sant Pau de Fontclara.