Además, sus aguas no proceden de un río, sino de corrientes subterráneas que afloran en determinadas épocas del año. Playas y lagunas como la de Espolla hay pocas en Cataluña, así que ya tienes un buen motivo para visitar Fontcoberta. De paso, aprovecha tu estancia para visitar la iglesia de Sant Feliu, con su magnífico campanario, y, en diciembre, el Belén viviente de Vilavenut.